Friday, November 03, 2006

Un poquito de historia... un artículo muy instructivo sobre la historia del desnudo fotográfico hecho por Giancarlo Huapaya Cárdenas y publicado en la revista artística Lapsus.

La primera aproximación al desnudo fotográfico la realizó —es probable que sin darse cuenta— el francés Louis Jacques Mandé Daguerre cuando capturó en 1839 en su "Naturaleza muerta con esculturas" estatuas de yeso que hacían alusión a las Tres Gracias en el estilo de la Antigüedad Clásica.
Daguerre, quién en 1837 inventó el procedimiento de la Daguerrotipia y exhibía las primeras imágenes permanentes, nunca pensó en asociar por ningún motivo la fotografía con el desnudo, el erotismo y el sexo. Se vivía en el siglo XIX y la represión en cuanto a la sexualidad era severa. Sin embargo, otros ojos vieron en la reproducción artística de Daguerre el primer guiño para la posibilidad de tomar el cuerpo humano desnudo en toda su realidad y crudeza.
No se sabe exactamente cuando se realizó el primer desnudo ni tampoco quien lo hizo. Alrededor de 1845 aparecen las primeras vistas (de mujeres) en forma de daguerrotipos. Correctamente enmarcadas y coloreadas las imágenes no median más que la palma de una mano. Generalmente las mujeres en las postales eran prostitutas o bailarinas o jóvenes anónimas que por unos billetes dejaban sus prendas para inmortalizarse. Justamente eso era lo que más animaba a los parroquianos de esa época, el hecho que la mujer en la imagen existía y la podían mirar cuantas veces quisieran.
Muchos pintores nunca tuvieron una modelo delante, se imaginaron motivos y posiciones. La fotografía en un primer momento se alimentó de todas las poses de la pintura. Se hicieron evas, afroditas, odaliscas y majas reales. Al mismo tiempo la exhibición explícita de los genitales, el coito heterosexual y las relaciones lésbicas también se iban mostrando en escena. En ese momento la persecución a realizadores y comerciantes era implacable. Los autores se escondían en el anonimato de sus obras pues si las firmaban se exponían a multas y penas de cárcel.
El negocio del desnudo fotográfico era muy rentable, cerca de 5000 daguerrotipos se realizaron hasta 1860 en Francia. Las primeras imágenes, por su precio, sólo se movían en las altas esferas, supuestamente las que también tenían una moral intachable y puritana. Y que por las noches se encerraban a deleitarse con las prominentes carnes y las abundantes vellosidades de la moda de la época.
Cuando llegó el procedimiento negativo-positivo todo se hizo menos costoso y mucho más rápido. La fotografía del cuerpo se comenzó a masificar. Tanto fue su auge que ni las rigurosas leyes pudieron con ella. Henry Fox Talbot fue el responsable de la técnica que hace que de un negativo salga una infinidad de positivos (fotos). Al principio, el método Talbot no podía competir con la perfección de los daguerrotipos. Sus imágenes marrones llenas de manchas no pasaban el control de calidad de los exigentes clientes. No obstante, el rápido perfeccionamiento de la técnica y los descubrimientos de varios espacios científicos a mediados de siglo XIX hizo posible elaborar fotografías de gran definición.
En poco tiempo la fotografía se apoderó del mundo. Para los años 30 del siglo XX se calcula que se realizaron más de 500 millones de desnudos, entre artísticos, eróticos y pornográficos. La fascinación por este nuevo medio atrapó al público en general. Muchos pintores como Delacroix comenzaron a experimentar con la fotografía para el desnudo. El encantamiento produjo obras de otros grandes que dejaron los lienzos para dibujar con la luz; es el caso de los primeros fotógrafos de desnudos con nombre propio: Braquehais, Berthier, Belloc y Olivier.

M o t i v o s d e l d e s n u d o
Dentro de la fotografía del desnudo existen varios motivos que han marcado terrenos dentro de la historia. El desnudo artístico, el desnudo erótico, el desnudo pornográfico, el desnudo etnográfico, el nudismo y el desnudo deportivo. Aunque algunos de ellos se puedan trastocar o superponer, los tres primeros tienen diferencias, búsquedas y conclusiones muy marcadas. Mientras el desnudo artístico busca la belleza en la composición, equilibrio, iluminación, etc. y concluye en la exaltación del cuerpo, el fin del desnudo erótico es sugerir sexualidad, invitar al deseo, provocar, estimular. El desnudo pornográfico por su parte lo muestra todo, exhibe sin restricciones la saturación del hecho.

P r i m e r a s b ú s q u e d a s y c o n c e p t o s
La afirmación y la consolidación de la fotografía como arte llegaron con el siglo XX. Imogen Cunnigham fue una de las pioneras en las búsquedas estéticas para el desnudo, sus cuerpos como flores, tan limpios y de gran calidad técnica son justamente la sublimación del manifiesto. Por ese tiempo (1917- 1918) en Nueva York, Man Ray experimentaba con el papel fotográfico, en 1921 hizo su conocida serie "Rayographs"(colocó objetos encima del papel fotográfico para luego exponerlo a la luz y revelarlo). Sus retratos, sus primeros planos, su "Le Violon D´ Ingres", sus solarizaciones (años 30 en París) nos demuestran "el mas allá" fotográfico al que se puede llegar.
Otro estadounidense que vislumbraba por esa etapa era Edward Weston, un maestro de la figura en la luz, quien realizó su obra entre Estados Unidos y México en compañía de su alumna, modelo y amante Tina Modoti con quien fuga al país del sur, abandonando a su familia, en 1923. En México ellos conocen a Manuel Alvarez Bravo (1902-2002) y lo inspiran y estimulan, conjuntamente con otros artistas como Diego Rivera y Pablo O'Higgins, para la realización de la fotografía para la identidad y conciencia social de su país. Alvarez Bravo retrató y descubrió personas, lugares, objetos y tiempos. Dentro de lo cotidiano, el mexicano develó la intimidad de su pueblo.
En 1933 apareció "París de nuit" (París de noche) obra del húngaro Brassai. El fotógrafo como voyerista ingresa en la nocturnidad de la Ciudad Luz, nadie posa para él, todo sucede con naturalidad, el cuerpo se muestra en la penumbra de los mancebos clandestinos. "La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón..." Texto de Brassai para sus nocturnos.

L a P o s g u e r r a p a r a l a i d e n t i d a d
Todo el tiempo de la segunda guerra mundial fue mínimo en producción de desnudos. La fotografía de guerra abarcó toda la atención. La gran mayoría de estudios fotográficos europeos cerraron o se incautaron o se utilizaron exclusivamente para la atención bélica. Muchos artistas de toda índole tuvieron que emigrar de las ciudades invadidas. 1940, el año en que se invade París (la ciudad más prolífica en desnudos hasta ese momento), el desnudo se viste y se marcha.
En la Posguerra se desarrollaron nuevos conceptos para el desnudo fotográfico. A diferencia de los tiempos anteriores la fotografía del desnudo no sirvió, en su mayoría, para la inflamación de la hipocresía y la lujuria, tampoco fue víctima de persecuciones, sino comenzó a expresar ideas, a crear mundos, a mostrar diversidades y a orientar las identidades de los individuos. Tal es así, que contribuyó con el proceso de la emancipación femenina. Y más adelante con el respeto a las opciones sexuales.
L a s h i s t o r i a s d e l a s d e s n u d e c e s
El París de los 30 albergó a muchos artistas. Era La Ciudad Luz de las luces, la de los contactos y los impulsos, la de los encuentros y los pináculos. París albergó a Horts P. Horts y a Bill Brandt. Ambos alemanes que destinaron sus desnudos por diversos caminos. Horts P. Horts se encargó de la estilización, del encantamiento del cuerpo hacía la belleza. Trabajó como fotógrafo de modas para la revista Vogue. Sus tomas de sofisticadas mujeres y talles perfectos lo hicieron de gran fama en Estados Unidos. Bill Brandt por su parte desencantó el cuerpo, investigó la perspectiva, los espacios y los detalles. Fue asistente de Man Ray en París y a partir de los 40 empieza su experimentación con las profundidades de campo y las deformaciones del desnudo.
En los años 60 irrumpe, perfectamente provocador, Helmut Newton. Una mujer está encadenada del cuello al borde de una cama, una mujer es observada mientras la desnudan, una mujer lleva solamente puesto un collarín y un yeso en la pierna derecha, una mujer desnuda se mira con soberbia frente a un espejo. Estas son algunas de las imágenes de Helmut, el fotográfo fisgón, el fetichista, el extremo, el esplendoroso. Newton elevó la vitalidad del cuerpo. Y más aún la de la mujer. Generó controversia. En algún momento él declaró que mostraba a las mujeres como personalidades fuertes y nunca como víctimas. Helmut Newton falleció en el 2004 en un accidente con su cadillac.
Cuando Jan Saudek colocaba un delgado cuerpo entre dos obesas mujeres o cuando subía un prominente trasero de mujer en los pequeños hombros de un hombre o cuando tomaba a una mujer afeitándose el rostro en equívoco contraste con sus partes íntimas, la vida se volvía rara. Pero más paradójica se volvía, cuando el artista, coloreaba sus imágenes. Cuando les daba ese tono surreal impregnado a veces de calidez, a veces de frialdad. Saudek es un fotógrafo checo que nos refleja el antagonismo en las formas de vida. Nos habla de las relaciones humanas en todo nivel. Los cuerpos como tales son la metáfora y la conclusión de nuestro paso por el mundo.
Jeanloup Sieff (París, 1933-2000) materializó lo inefable. Sus fotografías extraen esos efímeros momentos de extrema sensación, que nos emocionan tras bastidores. Sieff crea o roba la intimidad en cualquier escenario. Herb Ritts (USA, 1952-2002), en cambio, se aleja de los sentimientos del cuerpo, lo muestra simple e inerte. Dispone al cuerpo con texturas y sombras que adhiere a la piel. Ritts impacta por su composición pura y su pulcritud en la imagen.

Kishin Shinoyama (Tokio 1940) entra en escena, desde el desborde tecnológico japonés, a fines de los sesentas. Sus fotografías - al igual que su lugar de procedencia - tienen esa escenografía insólita preparada para la coreografía mimética de los cuerpos móviles. En blanco y negro y en color, Shinoyama en sus desnudos, traspasa las acciones y los sentimientos. Compone la melodía y la luminaria.
Richard Avedon es otro de los grandes que desapareció en el 2004 (junto con Helmut y Cartier Bresson)y destacó a partir de los sesentas. Avedon es el maestro del retrato. Tenía la excelencia para captar la imagen verdadera, íntima y espontánea de personajes famosos y desconocidos. Desnudó a Natasha Kinski y la envolvió en una serpiente. Tomó una general de los miembros de " The Factory" y fotografió el vapuleado dorso de Andy Warhol. Por el lente del neoyorquino pasaron pieles divinas. Hizo varias vistas para el calendario Pirelli. Avedon plasmó la psicología de cada rostro, de cada cuerpo.
Los 70 vinieron cargados de movilizaciones sociales feministas que se iban consolidando y lograban el respeto del mundo.
Helen Chadwick (Inglaterra, 1953-1996) transfiguró el cuerpo justamente a favor de las libertades de la mujer. En su colección "En la cocina" en 1977, desafió los estereotipos, giró el modelo parodiando las características. ¿La mujer es un autómata de la cocina al gusto humano? No, ella mostró la contradicción.
Dieter Appel (Alemania, 1935), por su parte, trabajó la metáfora del espacio y tiempo. El abandono y el cambio. El funcionamiento natural de la duración. Y el decaimiento del cuerpo en contacto con todos los anteriores procesos y estados.
En los 80 la salida masiva de homosexuales del clóset para defender sus derechos se producía ante el desconcierto mundial.
Robert Mapplethorpe (N.Y. 1946 - 1989) impulsó con sus instantáneas ese proceso. El desnudo masculino y el lazo con la sexualidad fue el tema principal de su producción. Mapplethorpe elevó la estética del género y confirmó la belleza del individualismo gay. Demostró que la belleza en las curvas no es exclusividad de la mujer.
Los bellos cuerpos que parecen inmunes a todo daño de Mapplethorpe se crean en la discordancia de la forma. El cuerpo batalla sus estéticas y muestra efigies de todo tipo en todo contexto. Las apariencias no engañan, las máscaras están ahí por algo.
Joel Peter Witkin (N.Y, 1939) las puso. Un aviso distribuido en 1985 buscaba personas con alguna deformidad en el cuerpo. Witkin tuvo éxito y contactó amputados, transexuales y toda clase de personas de figuras anómalas. También visitó morgues y cementerios para utilizar muertos. Lo demás es parte de su ubérrima y obscura creatividad. Witkin retrató la estética marginada. Las formas que han sido desplazadas y expulsadas del paraíso de lo bello. Retrató la muerte y la hizo entrar en vida. Sus imágenes son un shock, son un golpe profundo que empuja el cerebro, son la macabra forma de ver lo divino, son la negación de lo disfuncional. Witkin punza el arte y lo envuelve espléndidamente en una inmortal calidad. Witkin raya y mancha sus negativos, los imprime en papel de seda. Las imágenes resultantes las monta sobre aluminio y les aplica pigmentos a mano. Por último las cubre con cera caliente, las recalienta y las pule.
Los desnudos de Bettina Rheims (París 1952) son exquisitos, llevan una carga erótica sublime que lo llena todo, crea un ambiente inmaculado para cada cuerpo impecable. Bettina Rheims es una maestra de lo exhibido, sus parpadeos los convierte en flores que atraen porque huelen, pero también pinchan dedos si nos las coges con cuidado. Entre sus principales trabajos tenemos; "Chambres Closes" que fue exhibido entre 1990 y 1992, "Inri" en 1998, polémico en los círculos cristianos, "X´Mas" en el 2000, fotografías de muchachas jóvenes descubriendo su feminidad y "Shangai" en el 2003.
Los noventas comenzaron con las rupturas de las censuras. Jeff Koons, artista plástico y visual estadounidense, penetra - literalmente - a Ilona Staller (más conocida en el ambiente porno como la Cicciolina) delante de su cámara. Crea una serie de fotografías y esculturas llamada "Made in heaven". Martin Pudenz, sutilmente, concibe personajes extraños que se interrelacionan y se desconocen. Ironiza con las intenciones de los seres y con los tiempos de distancias y egoísmos. Yves G. Noir aborda la desolación. Günter Blum revela historias de erotismo. Joe Gantz apasiona los raudos encuentros de entrega. Uwe Kempen apuesta lúdicamente al cuerpo.

A mediados de la década aparece Spencer Tunick para desnudar masivamente a la humanidad. El escenario principal de Spencer son los espacios de las urbes. Cubre lo sintético con alfombras de pieles, crea otro paisaje y le da otra dimensión, utilizando sus mismos elementos. Tunick se ha paseado por el mundo, sus fondos han sido ciudades como Nueva York, Glasgow, Roma, Montreal, Sidney, Barcelona, Santiago, Caracas, entre otras. Spencer Tunick es el fotógrafo que más gente ha desnudado.
Justine Kurland (Varsovia, 1969) en cambio desnuda sólo mujeres - no tantas como Tunick - y las distribuye en la naturaleza. Sus personajes invaden y ocupan el territorio. El tiempo pasa por las imágenes de Kurland, se nota las transiciones de vida. La mujer en su estado original se encuentra con sus estaciones.
En la segunda mitad de la década el arte y la tecnología se amalgaman. De esa unión nace el "Arte Digital". Se intervino la fotografía. Se transformó el ordenador en un estudio y un laboratorio fotográfico.
Holger Maass (Berlin, 1968) es uno de los más pulcros y sobrios manipuladores de la imagen. Sus representaciones son escenas de mundos artificiales que tienen mucho que ver con el mundo real. Son grandes campañas publicitarias para motivos personales. Maass muestra todos los elementos - porque los puede poner- de la fantasía, los exagera para remarcar el mensaje.
El desnudo fotográfico se ha mostrado cabal en sus posiciones, ha hablado de abundantes temas, ha sido perseguido y adorado, ha debatido, ha trasformado sociedades, ha escrito y descrito, ha opinado. En síntesis; el desnudo se ha expresado. Esta es una pequeña aproximación a la historia del desnudo en la fotografía. Espero haberlos satisfecho - y convencido -. ¡A desnudarse!


Giancarlo Huapaya Cárdenas (Lima 1979)
Estudió en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Mesa. Ha publicado la plaqueta electrónica “Incertidumbre” (2004) y el poemario “Estado y Contemplación/ Canción de Canción se Gana” (Hipocampo Editores, 2005). Ha sido incluido en el libro Generación 2000? Muestra de Poesía del 2000 (Círculo Abierto Editores, 2006) y en la muestra web 2000 – 2006 “La invención de una Generación”. Co-dirige el proyecto Lapsus Collage Editorial (www.lapsusweb.net). Ha realizado performances donde fusiona la fotografía, el vídeo arte y la acción con la poesía. Próximamente publicará el libro Polisexual.

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